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NOTICIA
POR QUÉ MENTIMOS

Quizá la honradez sea los más recomendable, pero el engaño y la deshonestidad son parte del ser humano.


Por: Yudhijit Bhattacharjee

Fotografías: San Winters


En 1989, la Universidad de Princeton le dio la bienvenida a su clase de primer año a un joven llamado Alexi Santana. El comité de admisión había considerado extraordinariamente cautivadora su historia de vida.

Apenas había recibido alguna educación formal. Había pasado su adolescencia casi completamente solo, sin una casa, en Utah, donde había arreado ganado, criado ovejas y leído filosofía. Él mismo se entrenó como corredor de fondo en el desierto de Mojave.

Santana pronto se convirtió en una suerte de estrella en el campus. Académicamente también le iba bien: sacaba A en casi todas las materias. Su talante reservado y antecedentes inusuales le otorgaban un atractivo enigmático. Cuando un compañero de habitación le preguntó por qué su cama siempre parecía estar perfectamente bien hecha, le contestó que dormía en el suelo. Parecía muy lógico que alguien que había pasado buena parte de su vida durmiendo al aire libre no estuviera encariñado con las camas.

Su historia era mentira. Unos 18 meses después de matricularse, una mujer lo reconoció como Jay Huntsman, de Palo Alto High School, en California, a quien había conocido hacía seis años. Pero ese tampoco era su verdadero nombre. En realidad era James Hogue, de 31 años, quien había pasado tiempo en prisión por una sentencia en Utah por robo de herramientas y partes de bicicletas. Se lo llevaron esposado de Princeton. En los años siguientes, Hogue ha sido arrestado varias veces por acusaciones de robo. En noviembre, cuando fue arrestado por hurtar en Aspen, Colorado, trató de hacerse pasar por alguien más. la historia De la humaniDaD está llena de mentirosos hábiles y experimentados como Hogue. Muchos son criminales que urden engaños para conseguir recompensas injustas, como hizo por años el financiero Bernie Madoff, estafando millones de dólares a inversionistas hasta que se vino abajo su esquema Ponzi. Algunos son políticos que mienten para llegar al poder o aferrarse a él, como Richard Nixon cuando negó tener papel alguno en el escándalo Watergate.

A veces, la gente miente para mejorar su imagen, motivación que puede explicar muy bien la afirmación, fácilmente rebatible, del presidente Donald Trump de que la cantidad de asistentes a su toma de protesta fue mayor que la de la primera de Barack Obama. La gente miente para esconder un mal comportamiento, como el nadador estadounidense Ryan Lochte durante los Juegos Olímpicos de verano de 2016, quien afirmó que lo habían asaltado a punta de pistola en una gasolinera cuando, de hecho, él y sus compañeros de equipo, borrachos después de una fiesta, habían sido encarados por guardias de seguridad armados por dañar propiedad ajena. Incluso la ciencia académica –mundo ampliamente habitado por gente dedicada a la búsqueda de la verdad– ha demostrado tener una galería de impostores, como el físico Jan Hendrick Schön, cuyos supuestos hallazgos en la investigación de semiconductores moleculares fueron fraudulentos.

Revista National Geographic, Junio 2017.

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