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NOTICIA
KATE Y SU NUEVA OBSESIÓN

Kate Moss, Mario Sorrenti y Raf Simons recuerdan una de las campañas de belleza más icónicas y celebran el lanzamiento de la última fragancia de Calvin Klein. 


Por Marshall Heyman · Fotografías por Nikolai von Bismarck 


Desde que fue descubierta a los  14 años en el aeropuerto internacional JFK en Nueva York, Kate Moss se ha convertido en la musa de varios: desde Lucian Freud, Chuck Close, y Banksy hasta Edina y Patsy en Absolutely Fabulous. 

Al igual que Helena de Troya con sus barcos, ella es el rostro que ha lanzado incontables carreras, exhibiciones y líneas de ropa, además de una estatua de 18 kilates y 50 kilos. (Llamada Sirena, creada por el artista británico Marc Quinn).

Las fotografías que acompañan este artículo fueron tomadas por otro creativo inspirado por la belleza británica de 43 años. Hablamos de su novio actual, el socialité y fotógrafo de 30 años, el conde Nikolai von Bismarck.

La colaboración más famosa que Moss ha tenido con un fotógrafo también sucedió fuera del set. Fue la campaña que catapultó su estrellato internacional en 1993 para Calvin Klein Obsession, donde la sesión fue realizada por su novio de entonces Mario Sorrenti.

“Creo que Calvin fue realmente inteligente”, dice Moss. “Él sabía que algo increíble iba a suceder”.

La icónica fotografía que Sorrenti hizo de Moss está tan arraigada en la memoria colectiva de la industria de la moda, que ni siquiera necesita una descripción. Una joven Moss de 18 años yace desnuda en un sofá negro. Ella mira en dirección a nosotros, pero realmente su mirada está fijada en la cámara y en el hombre detrás de ella. 

¿Cómo llegó a suceder? Fabien Baron, el director creativo de Harper’s Bazaar en esa época, hizo los arreglos para introducir a un veinteañero Sorrenti a Klein. Sorrenti llevó su book de fotos con Moss cuando fue a juntarse con el diseñador de modas y “Calvin quedó alucinado”, recuerda Sorrenti. “Dijo: ‘Todo lo que necesites, lo organizaremos para ti, así es que no te preocupes por nada”. 

En esa época, Sorrenti y Moss arrendaban una pequeña habitación en Londres en la casa del fotógrafo Mark Lebon y la agente de casting Camilla Arthur. Sorrenti ya imaginaba los anuncios y decidió reproducir el espacio donde él y Moss vivían. “Tenía que ser en la playa, pero yo necesitaba un lavamanos con un espejo y un sillón”, dice Sorrenti. El equipo de Calvin Klein encontró una “choza abandonada” en Jost Van Dyke, en las IslasVírgenes Británicas, la equiparon con un sillón negro y llevaron a la pareja ahí por una semana. 

“Yo sabía que era un trabajo, pero pensaba que sería muy divertido. Era la primera vez que me pagaban por viajar. Nunca más volvió a ser como en ese entonces”, dice Moss y añade: “Mario me hizo trabajar como un perro. Él era mucho más profesional que yo. Nunca dejó de tomar fotos, incluso cuando yo dormía. Yo le decía: ‘Déjame tranquila’ Me despertaba con el click de la Pentax. No me acuerdo haber estado relajada. Solo recuerdo trabajar”.

No te pierdas a Kate y su nuevo proyecto en Revista Harper`s Bazzar, Octubre 2017.

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